Es sin duda el nudibranquio más buscado y que a todo el mundo sorprende por su coloración parecida a una vaca, de ahí su nombre común: vaquita suiza. Mide entre pocos centímetros hasta los 10-12 centímetros máximo.
Tanto las branquias como los rinóforos son órganos retráctiles que presentan sensibilidad a la presión de las olas o incluso a la presencia de algo que las asusta, de forma que se acortan ante cualquier perturbación y solo vuelven a su longitud inicial de forma muy lenta. Es muy complicado fotografiar una vaquita suiza con los rinóforos y las branquias extendidas.
Los rinóforos son es el órgano olfativo de los opistobranquios. Digamos que son las dos antenistas que tienen encima de la cabeza. Se utilizan para detectar partículas disueltas en el agua que provienen de presas u otros individuos.
Como casi todos los nudibranquios posee una alimentación muy especializada. En este caso se alimenta de la esponja Petrosia ficiformis. Estas esponjas tienen unos compuestos defensivos que hacen que la vaquita sea incomestible para sus depredadores.
La esponja Petrosia es extremadamente dura y es comida por la vaquita muy poco a poco... así pues si encontramos esta esponja con vaquillas sobre de ella, podremos volver en varias inmersiones y continuaran en esta misma ubicación. Es posible encontrar varias vaquillas suizas juntas, pero en grupos poco numerosos.
Su coloración se conoce con el nombre de disruptiva. La coloración disruptiva o patrón disruptivo es un tipo de camuflaje que oculta el contorno corporal de un animal, un soldado o incluso un vehículo militar, gracias a su contrastante patrón de colores. A veces se combina con otras tácticas de camuflaje para que coincida con el color del entorno y las sombras. Aunque para el ojo humano un animal blanco con manchas blancas preciosamente no es el mejor camuflaje posible y es fácil de encontrar.