Nuestra actividad siempre ha estado envuelta en una niebla extraña, donde los escasos accidentes de buceo que ocurren, son anunciados a bombo y platillo. No digo que no deban ser informados y publicados en medios de comunicación, pero no son la realidad diaria de nuestra actividad. Y digo actividad y no deporte de aventura u otro término, pues siempre hemos luchado para que nuestra actividad sea considerada TURISMO ACTIVO, un térmico que define mucho mejor lo que significa el buceo recreativo.
No me gusta que se hable más de un accidente durante una inmersión que de todo los aspectos positivos del buceo, pero por desgracia, vende más el morbo de un accidente que por ejemplo, la felicidad de un grupo de alumnos que han acabado el curso Open Water Diver en nuestra Costa Brava, o un buceo donde hemos podido compartir unos segundos con decenas de peces luna.
Cuando hablo con alguien de mi oficio, de mi trabajo, muchísimas veces me preguntan si esto del buceo no es peligroso, o que les daría mucho miedo practicarlo. Aún hay la idea preconcebida que practicando buceo te puede pasar alguna cosa.
Una vez finalizas el curso Open Water Diver, recibes un correo de SSI (la didáctica con la que trabajamos) donde hay varias preguntas para observar si el curso que has realizado cumple los estándares que ellos marcan. Pero hay una pregunta que destaca: ¿has tenido miedo en algún momento del curso? Esta pregunta al principio me indignó. No entendía como una persona hubiera podido llegar a tener miedo bajo el agua. Luego entendí la importancia de esa pregunta.
El miedo es esa sensación de aprensión y peligro que sufrimos cuando nos enfrentamos a situaciones desconocidas. El miedo suele provocar comportamientos propios de la respuesta de estrés y una respuesta conocida como de lucha o huida. Los accidentes de buceo surgen en su mayoría por el miedo y todo lo que le acompaña.
El buceo es un deporte seguro, muy seguro. Hay pocas actividades/deportes donde sea obligatorio disponer de un curso (curso Open Water Diver) para poderlo practicar, y esta formación es la clave para reducir a números mínimos los accidentes de buceo en la Costa Brava. La importancia de una buena formación crea seguridad al buceador/a y lo prepara para solucionar cualquier incidencia. Una buena formación elimina miedos.
El curso Rescue Diver (tercer nivel dentro del mundo del buceo) es el nivel que recomendamos que todo buceador/a llegue durante su carrera como buceador/a recreativo/a. Este programa te enseña las habilidades y los conocimientos necesarios para reconocer y tratar el estrés, prevenir accidentes y manejar adecuadamente situaciones de emergencia encontradas por buceadores.
Por este motivo quiero poner números a los accidentes de buceo en la Costa Brava, y así poder definir si un accidente es una excepción o una realidad de nuestra actividad.
Primero de todos debemos tener datos amplios para luego extraer tantos por ciento.
Recordemos que la Costa Brava comienza en Blanes y acaba en la frontera con Francia, en Portbou, y en total somos unos 60 y pocos centros de buceo. En conjunto se calcula que se realizan un total de 250.000 inmersiones por año.
Disponemos de una sola cámara hiperbárica en la Costa Brava, situada en Palamós.
El año pasado (2019) se trataron a 31 accidentes disbáricos (no mortales) y 4 personas murieron por motivos varios mientras practicaban buceo. Esto significa que hubo 35 accidentes sobre 250.000 inmersiones, o visto de otra manera, tienes una probabilidad de 0,00014%…. es decir, que tienes más probabilidades que te toque un Décimo de la Lotería de Navidad (0,0011765%) que antes de tener un accidente de buceo.
¿El buceo es seguro? Sin duda sí.