Buceo en Tossa de Mar: Caballitos de mar

06/05/2020
Sonia Valladares

Los caballitos de mar son sin duda los peces que mayor curiosidad despiertan entre los buceadores. Y Tossa de Mar es uno de los mejores lugares de la Costa Brava para su observación. ¡El buceo en Tossa de Mar alberga una biodiversidad espectacular!

  • Buceo en Tossa de mar: Caballito de mar

Este artículo lo ha escrito Sonia Valladares, doctorada en biología marina sobre Caballitos de mar por la Universidad de Vigo, colaboradora de nuestro centro de buceo, y quien imparte los cursos sobre caballitos de mar. ¡Toda una especialista sobre estos fantásticos peces!

Un artículo muy interesante que inaugura nuestra sección de biología y ecología. En breve os presentaremos un calendario de cursos muy interesantes que os ayudarán a sacar más provecho o entender mejor lo que vemos en cada buceo. 

Los caballitos de mar son peces marinos muy peculiares de aspecto inusual y distintivo. Su nombre se debe a la semejanza de su cabeza con la de un caballo terrestre. Con aspecto prehistórico y de origen incierto, estos enigmáticos y fascinantes animales tradicionalmente han estado ligados a la mitología y diversas leyendas. La primera descripción documentada pertenece a la mitología griega, una criatura mitad caballo mitad pez representada como el símbolo de Poseidón, el dios de los mares cuyo carro surcaba el mar tirado por estas divinas criaturas. Incluso se les atribuyen propiedades mágicas y medicinales, altamente cuestionables. 

Pertenecen a la familia de peces Syngnátidos (peces con mandíbulas unidas) junto con los dragones de mar, únicos de Australia, y los peces pipa. Existe una elevada diversidad de caballitos de mar en el mundo, en la actualidad se conocen un total de 41 especies, todas ellas incluidas en el mismo grupo del género Hippocampus, nombre usado igualmente para referirse a los caballitos de mar. Esta diversidad también se representa en el tamaño de los adultos, de 2 cm (tan pequeño como una moneda de 2 céntimos de Euro!) a 35 cm, y sus colores como marrón, rojo, amarillo o anaranjado, según las especies. Todos ellos presentan unas características singulares comunes. Son los únicos peces con la cabeza en ángulo recto respecto del cuerpo, una posición erecta y desplazamiento en vertical, a diferencia del resto de peces que nadan horizontalmente. Las aletas que tienen son muy pequeñas, dos pectorales (una a cada lado de la cabeza) para dirigir el movimiento, una dorsal que impulsa en movimiento y una anal cerca del ano. Carecen de aleta caudal, en su lugar tienen una cola prensil que utilizan para agarrarse a la vegetación marina o cualquier soporte del fondo marino. El cuerpo está cubierto de placas óseas, no tienen escamas como el resto de peces. Sus ojos pueden girar independientemente uno del otro y en 360º, similar a los ojos de un camaleón. Su boca es tubular y sin dientes, alimentándose por succión. 

Su biología es muy singular y con aspectos aún poco conocidos. Una de las características más curiosas de los caballitos de mar, única en el reino animal, es que corresponde al macho estar preñado. Aquí es el momento de uno de los comentarios comúnmente recibidos, “entonces… el individuo preñado deberíamos decir que es la hembra”. Pues no, el individuo hembra es el que genera los óvulos y el macho el esperma. La reproducción habitual en los peces es la externa, los óvulos y el esperma son expulsados al agua donde se produce la fecundación. En el caso de los caballitos de mar, la reproducción es ovovivípara, es decir se reproducen por huevos que se desarrollan en el interior del macho, en lugar de la hembra como en el resto de peces ovovivíparos. El macho presenta una bolsa incubadora donde son depositados los óvulos de la hembra, después de una compleja danza de cortejo, en el interior de esta bolsa el esperma fertilizará los óvulos y se producirá el tiempo de gestación (“macho preñado”), después del cual las crías totalmente formadas son liberadas en el medio marino permaneciendo a merced de las corrientes sin ningún cuidado parental. Según la especie, existe una gran diferencia de números en cuanto al período de gestación (de 11 a 30 días), crías nacidas (de 34 a 2.000) y tamaño de las crías (de 2 mm a 20 mm). El sexo de un caballito de mar se distingue externamente con facilidad cuando son adultos, el macho presenta la bolsa incubadora en la base de la cola mientras que la hembra no. El romántico mito de ser animales monógamos, fieles a su pareja durante toda la vida, se ha demostrado que no es cierto después de observar que en algunas especies suele haber cambios frecuentes de pareja.

Debido a su limitada capacidad de natación, que los hace vulnerables frente a posibles amenazas, los caballitos de mar se han convertido en maestros del camuflaje modificando su color o incluso forma para pasar desapercibidos en su entorno y evitar así a los posibles depredadores. Por ejemplo, el caballito de mar pigmeo (Hippocampus bargibanti) tiene una extraordinaria capacidad mimética con su hábitat, las gorgonias, presentando los mismos patrones de coloración que la especie de gorgonia donde vive además de estar recubierto de tubérculos que imitan los pólipos de la gorgonia. Tienen pocos depredadores naturales, aun así los adultos pueden ser presa de grandes peces, como los atunes, o aves acuáticas, como el cormorán.

Y os preguntareis, ¿qué come un caballito de mar? Aunque no lo parezca son depredadores voraces capturando presas vivas. Se alimentan de pequeños crustáceos como anfípodos, copépodos,

misidáceos y camarones. Otra curiosidad notable es que carecen de estómago, el alimento pasa rápidamente por el tracto intestinal por lo que necesitan comer muchas presas para obtener los nutrientes necesarios, un adulto de unos 25 cm de tamaño puede comer hasta 3000 pequeños crustáceos al día. 

Poco se sabe con certeza de la esperanza de vida de los caballitos de mar, según datos de cautividad las especies más pequeñas viven alrededor de un año y las más grandes entre 3 y 5 años. 

Estos fascinantes animales viven en aguas templadas y tropicales, cerca de la costa y a poca profundidad, generalmente a menos de 30 metros. Aunque los encontramos prácticamente por todo el mundo, sus poblaciones se localizan de manera muy discontinua, en ciertos hábitats (asociados a algas, plantas marinas o corales) y en densidades muy bajas. La mayor diversidad de especies está presente en el Indo-Pacífico. ¿Y en nuestras aguas? En España también podemos encontrar caballitos de mar, existen dos especies el Hippocampus guttulatus y el Hippocampus hippocampus. Concretamente Tossa de Mar es uno de los mejores lugares de la costa catalana para poder ver caballitos de mar durante la práctica del buceo. Debido a su gran camuflaje y densidad baja no es siempre fácil encontrarlos, mejor ir siempre con excelentes guías de buceo como los de l’Àmfora que os mostrarán estos fascinantes animales de manera respetuosa. 

Paradojamente, debido a sus singulares características, la atracción y fascinación que estos animales ejercen sobre el ser humano desde hace tiempo ha provocado la disminución o incluso desaparición de sus poblaciones a nivel mundial. La principal causa, junto con la destrucción de su hábitat, es la pesca y comercio desmesurado con diferentes propósitos (acuariofilia, souvenirs y medicina tradicional). Anualmente se capturan unos 40 millones de caballitos en el mundo. Desde 1996 todas las especies de caballitos de mar se encuentran incluidas en la Lista Roja de la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) como especies “vulnerables” y en 2004 se integraron en el Apéndice II de la Convención Internacional de Especies Amenazadas de la Fauna y Flora Silvestre (CITES). En España se incluyeron en 2011 en el Catálogo Español de Especies Silvestres con Protección Especial, que prohíbe su captura y su comercialización. Las dos especies europeas de caballitos de mar no son objeto de una explotación intensa pero sus poblaciones están en regresión debido a la pesca accidental en determinadas artes de pesca, la extracción furtiva con fines decorativos y la transformación de su hábitat. En muchas zonas turísticas del mundo se venden disecados como elementos decorativos, en Asia los ofrecen fritos para comer o en polvo como tratamiento medicinal. Comprar cualquiera de estos productos es favorecer la comercialización y desaparición de estas fascinantes criaturas. 

La necesidad de proteger a los caballitos de mar y mejorar la situación de las poblaciones naturales impulsó la investigación de aspectos biológicos y ecológicos, el estudio y seguimiento de las poblaciones naturales y el desarrollo de técnicas de mantenimiento y cría en cautividad. Todo ello para promover la difusión de la problemática y protección del hábitat natural, implementar medidas legislativas de protección a nivel nacional e internacional, e impulsar la conservación de los caballitos de mar. En España, el ‘Proyecto Hippocampus’ del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC (Vigo) se inició en 2006 orientado al estudio de las poblaciones de caballito de mar presentes en Galicia, el mantenimiento de adultos en cautividad y la reproducción y cría en cautividad. Yo formé parte de este grupo de investigación durante 5 años realizando mi tesis doctoral. Después de años de trabajo y mucho esfuerzo, el grupo de investigación consiguió que los ejemplares adultos mantenidos en los acuarios se reprodujeran adecuadamente, la supervivencia elevada de las crías e incluso una segunda generación de crías nacidas en cautividad, cerrando de esta manera el ciclo de reproducción. Uno de los puntos clave para estos logros fue el desarrollo de una adecuada alimentación tanto para los adultos reproductores como para las crías. El alimento ofrecido debe ser vivo y con los requerimientos nutricionales necesarios. En el laboratorio se produce diariamente la comida de los caballitos, principalmente se cultiva el crustáceo Artemia que puede ser usado para alimentar a los caballitos adultos y a las crías, según el estado de desarrollo de la Artemia. También se cultivan copépodos para alimentar a las crías de caballito en sus primeros estadios de vida, ya que son más beneficiosos nutricionalmente. 

Mediante la cría en cautividad de caballitos de mar se reduce la presión extractiva de ejemplares de las poblaciones naturales (favorece la conservación de la biodiversidad) y se obtiene información necesaria para desarrollar planes de conservación de esta especie gravemente en peligro. 

Si os interesa saber más sobre estos peces, impartimos un curso específicamente sobre este pez. El curso lo imparte Sonia Valladares.